La mandarina es uno de los aceites más seguros, y se recomienda particularmente para usarla con niños y durante el embarazo. Combinada con naranja y nerolí sobre una base de aceite de hueso de albaricoque, la mandarina ayuda a reducir las marcas del embarazo cuando se aplica en un masaje diario sobre el abdomen desde el quinto mes hasta el parto. De forma general, anima, reconforta y eleva el espíritu.
Tiene un efecto tónico sobre la digestión, y es buena para todos los trastornos digestivos. Es un añadido agradable a los aceites de masaje y a los perfumes del estado de ánimo que aporta una nota luminosa, delicada y calmante.
Respecto a lo psicológico, fortalece y tiene una cualidad ligeramente hipnótica que ayuda a desconectar una mente excesivamente activa, y favorece el sueño reparador. Tiene una cualidad suave y delicada que ayuda a la gente a conectar con su niño interior.